lunes, 12 de febrero de 2018

Que te perdone Dios , porque yo no te perdono

SANANDO LOS TRAUMAS  Parte 1
MATEO  18:33 

Que te perdone Dios , porque yo no te perdono 

          Muchas veces oímos frases como estas , donde vemos con mucha facilidad el enojo y la falta de perdón en la vida de muchos seres humanos , trayendo como consecuencia peligros graves en las personas y situaciones nefastas que producen la muerte . Si bien es cierto nuestro Dios es infinito en misericordia y nuevas son sus misericordias cada mañana , sin embargo en el andar diario y desenvolvimiento  social nos encontramos con personas y aun seres queridos  que nos hacen daño y dejan en nosotros deudas pendientes produciendo rencor , rabia , ira u otras emociones que producen enfermedades que llevan a la muerte . En este sentido nuestra deuda con Dios fue canjeada en la cruz del calvario en la muerte de Jesus , reconciliando al hombre con Dios y de esta manera nuestro padre nos perdono y nos perdonara de nuestros pecados hoy y siempre , es decir no le debo a Dios , no tengo deuda con Dios
por mis pecados ,  su sangre pago mi precio en la cruz , pero  como  semejantes tendremos diferencias unos a otros , muchas veces personas conscientes e inconscientemente nos lastimaran y causaran heridas que provocaran traumas , estos traumas causados por las heridas ,dejaran un rencor permanente en las personas ,siendo así una deuda pendiente que el ofensor debe pagar ; me llega al pensamiento frases como " Me la pagaras algún día ". " me voy a cobrar lo que me hicisteis ", entre otras .

           La santa Palabra de Dios tiene la solución para ayudarnos en este tema , Dios quiere que perdones así como el te perdono a ti y te sigue perdonando y en esta oportunidad mi Señor te llevara a través de la Palabra el porque de muchas cosas en tu vida de tal manera que hagas ajustes y tengas un reordenamiento  de tus emociones .

         Te presento esta parábola de nuestro Señor Jesus , que la encontramos en el evangelio según San Mateo que ilustra lo planteado anteriormente y se revela a nuestras vida el código que activa la bendición a tu vida y el fin de muchas calamidades causadas por las cuentas pendientes 

Mateo 18: 23-35

23 Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos.24 Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos.25 A éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda.26 Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.27 El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda.28 Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes.29 Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.30 Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda.31 Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado.32 Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste.33 ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?34 Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía.35 Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.33 ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?34 Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía.35 Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.

El "denario" y el "talento" eran unidades monetarias en los tiempos del Nuevo Testamento

. Un denario era una moneda de plata romana que pesaba alrededor de 4 gramos, el salario diario de un obrero común o soldado
 (Mt. 20:1-2).

Un talento era una unidad de peso de oro o plata, que pesaba cerca de 33 kg, variando de 20 a 40 kg.


   Cuando comparamos el valor de cien denarios con el de diez mil talentos, podemos comprender lo enorme que es la gracia de Dios dada a nosotros, y qué pequeños son los errores de nuestros hermanos y hermanas.

 l talento es igual a 6.000 denarios, que le tomaría a un peón ordinario ganar durante 6.000 días (16 años).

Convirtamos esto en dólares americanos; si asumimos un salario diario promedio de 100 dólares, serían unos 600.000 dólares

Dado que un talento es una cantidad tan grande de dinero, ¿cuánto valen diez mil talentos, equivalentes a aproximadamente 60.000.000 denarios?

 ¡Es una tremenda cantidad de dinero, que vale alrededor de 160.000 salarios anuales! 

A través de la parábola anterior, podemos conocer el hecho de que éramos los pecadores que cometieron graves pecados contra Dios, como el siervo que adeudaba al rey diez mil talentos, que no podía volver a pagar por su propia fuerza o habilidad.   Teniendo piedad sobre nosotros, Dios perdonó nuestros tremendos pecados sin ninguna condición.

  Dios quiere que perdonemos los errores de nuestros hermanos y hermanas con amor, así como él ha perdonado nuestros pecados. Los errores de nuestros hermanos y hermanas no son nada comparados con nuestros pecados que son tan grandes como una deuda de diez mil talentos.

 La Biblia describe al que no perdona los errores de su hermano como un siervo malo que maltrata a su consiervo que le debe cien denarios, a pesar de que él mismo fue perdonado de la tremenda deuda de diez mil talentos.

Él fue perdonado de su deuda de diez mil talentos, una enorme cantidad de dinero que le habría tomado 160.000 años ganar, tiempo en el que no habría podido gastar un solo centavo a fin de pagar su deuda.

No obstante, no perdonó al que le debía solo cien denarios, igual a un salario de 100 días. Fue un malagradecido y nada misericordioso.

Todos nosotros somos pecadores imperfectos en muchos aspectos, y estamos siendo perfeccionados juntos. En el proceso, podríamos experimentar discordias con nuestros hermanos y hermanas o sentirnos celosos entre nosotros, debido a las impurezas de nuestros pecados cometidos en el cielo y nuestras impurezas del mundo. Sin embargo, si comprendemos el perdón de pecados que hemos recibido de Dios, los errores o las culpas de nuestros hermanos y hermanas son realmente nada. Todos los errores y culpas de los hermanos y hermanas, que han recibido las promesas de Dios a través del nuevo pacto, son siempre perdonables. Cuando cubrimos los errores de nuestros hermanos y hermanas con una mente amplia, podemos pedir a Dios que también nos perdone. 



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